Señorita Marvel

Éste es el poema
donde nos volvemos superhéroes
y sus archienemigos:
al señor de la tele se le cierra la boca
cosida como un muñeco
y la mujer que vende bolsas de consorcio
patea las puertas de nuestros hogares
imitando a Fu Manchú.
La abuela se trepó al techo, con su mirada láser
fulmina a todo aquel que se atreva a acercarse
es una vigilante tejiendo, agujerando las revistas de moda
la belleza escultural, la felicidad de los que tienen
mientras mi padre, atado a sí mismo, lloriquea en el sótano
el sótano en el que se encerró, donde sufre
amén de nosotros, por todos los demás.
Así que éste es el superpoema y ésta la superciudad
de la que ya no saldremos nunca:
brilla como si los deseos más salvajes
fuesen ahora posibles
Sólo queda una pregunta:
¿Dónde están los niños?
Recostado en su inmortal reposera
mi abuelo escupe semillas de mandarina
y le habla a las personas que no existen.




2 comentarios:

Clara dijo...

me gusta esta ciudad con una abuela de mirada láser y el abuelo escupe-semilla! muy bueno!

Florencia dijo...

me gusta