Mario, en el purgatorio


“Come on baby, light my fire”
(The Doors)


Lo primero que veo es un enano con aspecto italiano. Si apreto un botón, el enano avanza. Mis preguntas también. El enano regordete con overol rojo y bigote ahora se come un hongo y crece, duplica su tamaño. Da saltos desmesurados y a pesar de la agilidad de sus movimientos, no gesticula, mantiene siempre la misma hipótesis de sonrisa en la misma suposición de rostro. Tiene enemigos que andan con cara de culo, o que simplemente no tienen cara alguna, porque son plantas. Es lo que distingue inicialmente al italiano: su parecido facsimilar con Stalin, pero más aún, su temple new age, esa cara de superado pragmatista con que atraviesa los malestares del mundo. Si tuviera nueve o diez años pensaría que Mario es una persona digna de imitar, quiero decir, los muertos son muertos y son sencillamente animales, la vida queda para adelante y no para atrás. Pensaría lo mismo si tuviera trece o catorce años: Mario parece ser un carácter sin problemas existenciales, puede romper ladrillos a voluntad, no tiene que ir a la escuela, se puede tirar voluntariosamente por cualquier precipicio. Además, puede meterse sin rodeos en cualquier cañería. Si se mete en una de esas cañerías, para colmo, encuentra monedas. Si tuviera veinte o dieciocho años estas metáforas me harían sumamente feliz. Mario es italiano, puede nadar y volar, se introduce de lleno en cañerías con una facilidad despampanante y luego de juntar cien monedas, le dan una vida más. Eso no marca ninguna obligación religiosa o civil, no es que el italiano simpático vaya a hacerse responsable de un crío. La vida nueva es para él, se la guarda. Monedas, tubos, ladrillos: un Mario feliz.


Ícono de una generación, y particularmente de una empresa que marca un antes y un después en el desarrollo de los videojuegos, Mario Bros en realidad nace como parte de uno de los juegos que más tarde él mismo se encargará de hacer olvidar. Se trata, en ese primer caso, de uno de esos videogames estúpidos, meramente cíclicos, sin final, en que avanzar en niveles era sinónimo de aumentar tamaño y velocidad en el otro (el enemigo), pero no en la estructura general de la situación. Mario, en este juego, aparece acompañado de su enclenque hermano Luigi, una versión anoréxica de Tribilín, pero con bigote y verde overol. Ambos hermanos comparten el oficio de plomero y, sin explicación histórica, el juego comienza in medias res: Mario y Luigi metidos en una red de cañerías tratando de limpiarla de bichos extraños: tortugas, avispas, cangrejos. Al empujar a cada uno de estos bichos, Mario y Luigi logran su inmediata retribución: una moneda, que se acumula para convertirse en más monedas. De fondo, es evidente, la idea de riqueza, eficacia, y trabajo, vinculadas a la felicidad de lo lúdico. El juego, sin embargo, es aburrido. El personaje, en cambio, casi triunfa, está al borde del éxito, quizás por su aspecto poco rebuscado (petiso, italiano, plomero, gordo), por su estética poco exigente, por su rostro homogéneo, humano, plano, lleno de una mezcla indistinguible de apatía y felicidad.



Los enemigos de Mario en su versión principal: hongos, tortugas, peces, una tortuga - dragón a medias gigante, algún que otro calamar. En general, son animales difícilmente reconocibles por su maldad o agresión, más bien son animales lentos, deplorables, pacíficos, y estúpidos. Mario entabla su batalla primordial contra esos animales, caracterizados por la ridiculez de sus tamaños y de sus tácticas de ataque. Previsibles, fofos, evidentemente están ahí para molestar y para complicar el desarrollo de la vida de Mario: de fondo, sin embargo, son sólo pequeñas criaturas, no dan miedo, no causan rechazo, ni pavor. Mario (uno) puede pisotearlas sin demasiado placer en la agresividad, y sin culpa: nadie va a extrañar a esos bichos cuando estén fuera del mundo. Aunque resta la planta carnívora, que no es tan simpática, que tiene la virtud de aparecer y desaparecer, si bien de modo un tanto sistemático, a veces sorprendente en su velocidad. Plantas carnívoras protegiendo entradas a tuberías, acompañadas del personaje de la princesa que Mario debe rescatar, abren así la dimensión erótica y el ritual de la conquista del obrero hacia la rubia tarada de pelo enrulado.


Alicia. Lewis Carroll. Crecer y descrecer, pócimas mágicas. Cuentos de hadas, el caballero medieval que lucha con monstruos y rescata a la princesa enclaustrada en un ventanal. Ciudades invisibles. La bella y la bestia. Superman, y Dante.


Mario como proletario eficaz, pragmático, y obediente, combatiendo el despotismo en un mundo virtual. Sin embargo, se puede hacer otra lectura: Mario como una apología del consumo de estupefacientes. No debe olvidarse que el mundo Mario es particularmente onírico, surreal, marcado por una lógica propia otorgándole cualidades desmesuradas a objetos cotidianos. El feo – pobre, entonces, sumergiéndose en su propio relato acerca de la conquista de un mundo que no le pertenece sino en la forma de fantasía, relato donde ostenta un poder renovado, donde descarga su violencia interior sin ligarla a la idea de culpa y donde cumple los objetivos que en otro espacio son tan sólo utopías. En ese mundo Mario se puede pisotear a los otros con evidente facilidad, enriquecerse sólo implica ruptura de ladrillos (caída de la noción de propiedad, las monedas parecen llovidas del cielo, o escondidas detrás de bloques) y el consumo de hongos y demás plantas nos garantizan un acceso a la grandeza y el poder.


1985, discontinuidades: Super Mario Bros (la versión definitiva, exitosa, para NES) ya no es un juego plano, circular, repetitivo; ahora, de fondo, plantea una historia, una linealidad, el juego tiene un principio claro y un final al que se debe aspirar y que es único, irrepetible. No se trata, ya, de lograr una mayor puntuación, sino, más bien, de lograr atravesar la diversidad de problemas y mundos que se van presentando para llegar a una conclusión. Es, quizás, el primer juego de gran popularidad que plantea cierta similitud con la noción de “novela”: el dispositivo de lectura, a partir de entonces, requerirá de una consola y un joystick.


Ilusión de saber, ficción programada, corporalidad y llaneza psicológica, pueden ser argumentos éticos contra la literatura basura, contra los libros de autoayuda y, tal vez, contra Mario Bros.
Tarea: buscar en la divina comedia a los precursores de Mario. Escribir, en google, “Umberto Eco”: fijarse si en alguna foto aparece con bigote.


20 comentarios:

Anónimo dijo...

Che, venía bien hasta k pusiste esa onda "Mario proletario - Mario sueño americano" y el texto tomo la onda "crítica a la ideología subyacente". Dejo de ser un texto cotidiano - costumbrista_de_la_nueva_generación. Me cago en la ideología.

Anónimo dijo...

Ah, me había olvidado de comentar el dibujo japones de la chica sexy. ¿Alguna filiación con Mario? ¿Se trata de algún mensaje subliminal? ¿o es meramente una estrategia suya para congraciarse con las nuevas generaciones de las k (lamento informarte) estas kedando alejado? Pablo: el Mario en 2D ya sonh pocos los k lo recuerdan. Yo de pedo. De oidas (:p). (Te digo viejo, ¿viste?

Anónimo dijo...

me gusta la idea que nos des deberes, el dibujo tambien me gusta..luego de haber hecho la tarea y tomar la leche, cuento mi experiencia.

elojosinpaz dijo...

Mario proletario. qué buen texto!. vuelvo y me leo post pasado, ok? Un abrazo. POr cierto, en la noche hago lo de Umberto Eco

Anónimo dijo...

¿Ideologia?
Usted no lee bien, usted es obtuso.
Yo pienso que el texto juega con eso, que lo pone tan sólo una interpretación más.
Kedar alejado?
Kien es usted, dios?

Pablo Natale dijo...

N: En tu incomprension de la foto está mi crítica a tu lectura. La ideología es sólo un lugar de paso. Gracias por soltar la lengua. Y por el tono. Me hace pensar. A c(k)lem también, estoy bastante de acuerdo.

A las señoritas: hola. Más tarea? Ok. Lo voy a pensar.

Pd: ¿Perla de las pampas?

Anónimo dijo...

si, puede decirme perlita si quiere, (usted no me conoce) no crea que soy una joya, se trata de un chiste que algun día le contaré, tambien si quiere.
Estoy tratando de ser obediente y la idea de hacer deberes me gustó por eso escribí, siempre paseo por acá pero ni saludo.

dear prudence - dulcema dijo...

ay ay...
que problemas los de aquellos que no quieren ideologías.

yo me acuerdo de mario 2D y padezco a la generación K.

... y reivindico al drogón y proletario "fontanero" jajajajaja.

me aburro si el costumbrismo es sólo eso.

Anónimo dijo...

Qué buen texto! Espero que ahora el chico de los prácticos analice los juegos: "Tetris", "Galaxy" y "Snow Bros."

Un admirador.

Pablo Natale dijo...

Es que perlas de las pampas hay muchas. Tarea: elija un color. No puede ser blanco, ni negro, ni violeta, ni, menos que menos, verde. Quizás algún color con nombre raro.

Prud?: again, gracias por la foto (no la de animé, la tuya) (malditas palabras)
Mateo: y a vos por el video, creo que lo voy a terminar posteando.

Anónimo dijo...

entonces llamame Púrpura y obedeceré.

dear prudence - dulcema dijo...

¿pablo?
de nada
de nada...

usté me inspira, eso es bueno:
las buenas ideas a veces se las debo, eso es todo.

he dicho.

Anónimo dijo...

Ja. Se tomaron demasiado en serio mi comentario. No saben que lo que mis afirmaciones por lo general son meramente circunstanciales. Ah! Si supieran! 1:20 de la madrugada el día jueves, suena el teléfono. Pienso: "Qué carajo pasó?". Pablo. "Qué fue ese comentario tan agresivo?!!". Pero, ¡Qué relevancia! Igual, Pablo me ilusionó, pensé que había desatado pasiones más fuertes. Y eso de si soy Dios... ¿Por que le digo viejo a Pablo? Ja. Eso era un chiste personal, porque es el viejo de la barra y quería molestarlo. Era un poco una ironía tb. Pero si el boludo de Pablo no lo capta... ¿o te hiciste el boludo? ¡Picarón!

Anónimo dijo...

che, se me ocurrió otra cosa: vos tendrías que conseguirte una columna en alguna revista. Eso que escribiste de Mario es fantástico para leerlo ahí, como si se planteara un ançalisis en serio. Eso lo haría mças glorioso

Anónimo dijo...

Nico A...esta gente elige no entenderte, verdad? Es tan fácil.
Besitos!

Pablo Natale dijo...

Púrpura: contame algo, hace días que quiero raspar mi cabeza contra una pared.

Prud, deber: Chica de los domingos con cerveza. Que llorar los domingos ni que llorar.

N: lamentablemente, el análisis es en serio. No creo que el culito hermoso del animé le esté restando importancia. Lo próximo: la relación entre Andruetto y Bowie.

Paseante de honor: pensar que a victoria robles le hubiera chupeteado las zapatillas. Suertes. Ojalá te haya gustado.

Anónimo dijo...

contarle que me dedico a cosas tan inútiles que me entretienen solo a mi por ejemplo leer el quijote como si lo hubiese escrito Poe, ésta es una "tarea" que ya "nos" había dejado Jorge Luis, es una locura mire! todo se vuelve sospechoso, siniestro, se desconfía del narrador, un horror! eso le cuento! yo, divertidísima! y usted? que le pasa en la cabeza?

Pablo Natale dijo...

Casi nada.
Hoy fui a un lugar donde vendian libros usados, compre un libro de fotos increibles, eran fotos viejas de niños pero con la parte de la cara destrozada, o hecha otra cosa. Despues vi el fragmento oseo de la cabeza de no se que bestia, no tenia precio, no lo lleve.
Casi nada. Leer Dani Umpi, y una biografia de Cezanne.

marcos dijo...

Ecccselente.

Igual que en la vidriera irespetuosa de los cambalaches,
se ha mazclau la vida, y herida por un sable sin remache,
ves llorar a mario entre la biblia y el televisor.

Christian Hernández dijo...

Este ensayo es todo un manifiesto de la "Generación Nintendo". ^-^

http://hernandezesquivel.blogspot.com/2010/07/pablo-natale.html


Saludos.