Leslie Anne

a Julio, por lo de Bolaño,
y por ser Julio



Cuando escribo, en general me imagino a Nico. Traigo a colación su forma de declamar, el asco con que lee la mayoría de las cosas, el silencio que guarda, el inmediato “esto – me - aburre” que pronuncia. Y si sigo escribiendo así, Nico seguro se aburre.

Me masturbé por primera vez cuando tenía trece años. Estaba encerrado en mi pieza, típico, tenía alguna revista de mujeres a mano, típico, froté y froté hasta que salió un líquido raro. Típico. Me acuerdo que me pasé el semen por la boca, para probar. Era salado, creo. No importa. Me masturbé por primera vez cuando tenía trece años, o doce, pensando probablemente en una mezcla de Xuxa y Beatriz Salomón. Que estaba vieja. Pasa que en el barrio los hombrecitos éramos partidarios de Beatriz Salomón. De Olmedo. Había uno que era fanático de Olmedo, era uno de los más grandes, y promovía en nosotros el amor (y la masturbación) con Beatriz Salomón. Así que debo de haber pensado en eso. En ella, quiero decir. Aunque ahora que pienso un poco, cuando me masturbé también pensé en ellos. En los chicos, en mis amigos del barrio. Digo amigos, aunque es un decir. Había buenos y malos, odiados y queridos, fieles. Traidores. Chetos, peronistas, mameros, raritos: de todo. Me masturbaba pensando en ellos. No, no en cada uno, en cada uno por su parte. Eso hubiera sido imposible. En el todo. En el grupo. En los hombrecitos que ya no eran nenes, que habían pasado a ser otra cosa. En ellos, que en alguna ocasión, cada vez más seguido, se iban al fondo del baldío y cuando uno se acercaba le hacían preguntas y propuestas ininteligibles.
Sí, me masturbé por primera vez a los trece años, era medio pelotudo. Me masturbé pensando en mis amigos, entre otras cosas. Fue como fumar, como salir de joda, como robar cosas. Un rito. Había que cumplirlo. Pensando en ellos lo cumplí. En ellos, en Olmedo, en Xuxa, en Beatriz Salomón.

Cuando escribo me imagino a Nico, dije. Quiero contar eso, quiero contar cómo escribo, en qué pienso cuando lo hago. La cara de Nico, el aburrimiento en la cara de Nico. Y las ganas que le agarran cuando algo le gusta. La forma en que lee. En que declama. Nico estudió actuación, sabe hacer oratoria suficientemente bien.
Yo no sé.
Pero eso no importa. Volvamos a Nico.

Leí a Proust recién cuando tenía veinte. Dije “recién”, y no sé porqué mierda lo hice. Prejuicio de intelectual. No: prejucio de intelectual pelotudo. Leí a Proust cuando tenía veinte. Aunque es un decir. Sólo leí una séptima parte de su gran obra. Me refiero al tamaño. Recuerdo que ella se llamaba Odette. Él, Swann. Y que Proust usaba frases muy largas. Que todo empezaba algo así como con una magdalena. Que cada cosa se relacionaba con la que seguía, pero a la vez con una muy anterior. Recuerdo que se narraba cada acontecimiento, cada personaje, desde diferentes perspectivas.
Yo no voy a hacer eso. Mi descripción de Nico es más bien lineal. Estable. Homogénea. Sé que no le gusta mucho leer, así que no me explico porqué pasa tiempo conmigo. Aunque más inexplicable soy yo. No sólo paso tiempo con él, sino que le escribo. Que escribo pensando en él, eso quise decir.

Me gusta como declama, ¿lo dije? Sabe acentuar cada parte de una oración, y cada oración de un texto de una manera que le hace justicia. No, no estoy diciendo que algo se deba leer sólo de una manera. No, por favor. No se enojen. Sólo escribo que la manera de leer de Nico me agrada.
Eso.

Recién ahora voy conociendo gente del ambiente, de Córdoba, digo. Pensaba irme de Córdoba, ya no. Ahora quiero quedarme. Perdón. Perdón que hable tanto de mí.
Eso es inútil.

Y te aburre.

Se llama Sven y vive en España.
Excelente comienzo para contar otra cosa, ¿no? La música que estoy escuchando ahora me la regaló él. Sven, sí. Sven es un hombre, una persona. Sven Frederik. Otro cordobés, mitad cordobés mitad santafesino. Que se fue a España. Tiene plata, ahora. Tiene un cyber, en Barcelona.

Me colgué, perdón.

Sven tenía la pija doblada. Al revés, como un tobogán. Quiero decir que cuando se le paraba, la tenía doblada. La novia le decía tobogán, y nadie entendía nada, salvo sus compañeros de curso, que sí entendíamos. Pobre tipo. Se sonrojaba. A Sven le agradaba andar en moto. Jugar al voley. También andaba atrás de mi hermana. Le interesaba la astronomía, la guitarra. Tenía una manera genealógicamente reconocible de sacarse los mocos. Usaba el pelo largo, aunque después de fue quedando sin. Nunca lo vi llorar.
Nico me hace acordar a Sven.

Nico me hace acordar a Sven, cuando estaba en Córdoba.

15 comentarios:

Pablo Natale dijo...

Me zarpé, ya sé.
Pido disculpas, al tiempo que las saco.
Mi idea era nunca "postear" algo muy extenso, me parecía (me sigue pareciendo) que el lector que transita por estas tierras (los blogs) es un lector mas bien del tipo eyaculación precoz.
Pero quería sacar esto, porque justamente trata de eso, del problema del lector, de qué lee, de cómo seducirlo o fracasar en el intento.

Entiendo que no lo lean.
Intenté el experimento, quizás para confirmarme, mitad buscando sorprenderme.

Pablo Natale dijo...

Otra vez yo.

Los tortiluchas tienen una teoría: a mayor nivel de zarpe (mostrar pijastetas y culos y penetraciones y demás) en un blog, menor nivel de comentarios.
POr eso el posteo anterior.
Y este.
Cuya teoría es la siguiente: a mayor extensión de lo posteado junto con un alto índice de monotonía gráfica, nivel de comentarios - lecturas igual a 0.

La fórmula sería así:

si + ext y + monot grafic - com=0

Unknown dijo...

con el mío ya son tres...

Unknown dijo...

odio a Proust

Pablo Natale dijo...

Les agradezco a ambos.
Señor Duluz: a mi me gusta la idea de Proust (vincular literatura con autobiografia, y con recuerdo).

Señorita Malena: Le agradezco profundamente.

Anónimo dijo...

Qué tiene que ver L.A. en todo esto? Si a te gusta masturbarte pensando en tu amigo ¿que tiene que ver nuestra mediocre actriz secundaria en todo esto?

Pablo Natale dijo...

Un dia me di cuenta que LeslieAnne sonaba a "Les-bian", creo que traté de jugar con ese sentido, y, además, intentar que cierta gente lea llevada por la curiosidad.
Saludos, actriz secundaria.
Nos vemos mañana.

Pablo Natale dijo...

Y por "Vida de Anne Moore", de Bolaño

Anónimo dijo...

bueno, creo que tu hipótesis es correcta. Pero te anticipo que yo sí lo leí hasta el final. Aunque claro, eso puede ser porque me veo implicado con nombre propio. Es una hipótesis productiva. Igual, si vale de algo, te aclaro que en gral me gusta la forma de escribir que adoptaste para éste espacio. Tal vez soy el lector modelo para este tipo de emprendimientos. ¡Y yo sin saberlo!
Ah, por cierto, le agradezco la atención y la contestación (a algo de lo que ustedes, neófitos lectores potenciales, no tienen acceso. ja!)

Anónimo dijo...

no te preocupes tanto en el otro. hay lectores para todo. ahora si vos querés que los que lean sean todos como nico probá con preguntarle que le gusta y escribile para el...y habrá otros como el.

Pablo Natale dijo...

Si me preocupo tanto por el otro. "Nico" es sólo una metáfora de eso.
Lo bueno de los blogs es eso: una relación diferente con el "otro" lector.
Este blog está atravesado por todas partes por ese "problema".

Prometeo della Sierra dijo...

Che, me gustó. Te felicito.

Prometeo della Sierra dijo...

Yo tengo 21 y todavía no leí a Proust. Y no sé si lo haré. Tal vez algún día. Tampoco leí Ulysses de Joyce. Odio a Borges. No me gusta García Marquez. Etc.

Prometeo della Sierra dijo...

Lector modelo? Andamos con esas teorizaciones?

Pablo Natale dijo...

Uh, si, en la facu vinieron otra vez con ese rollo.
Hacian una diferencia entre interesante y estupida: "LEctor modelo" / "Lector implicado".
Gracias por la lectura, DIomedes.

PD:YO solo ojee a Proust.