Robo-tech, I

“No permitas que nadie te enseñe a escribir, no dejes que nadie te de indicaciones, no te desalientes, no preguntes, aprendé solo, fijate que la inmensa mayoría es basura, que no te guste lo que escribís porque le gusta a la que te gusta, si lo que escribís le gusta a la que querés tirá todo eso, dejá lo que no entendés, no tirés nunca lo que te da vergüenza, no dejes que nadie te alabe, nunca corrijas textos que sabés que pueden mejorar, corregí lo que no te acordabas que existía, no te olvides que los bailes están cargados, alguien los puso ahí para que vayas y creas que podés contarlos, escribí lo que va a pasar como si estuviera pasando, inventá una escritura autobiográfica, no dejés que la realidad destruya tus papeles, cambiá la realidad para que se parezca a lo que escribís, si cogés que sea para contarlo, no te encames por amor, nunca, si sufrís que sea para darle existencia a un personaje, no dejés que la experiencia te sirva para algo fuera de la literatura, sé un perro, siempre, apostá al caos, el tiempo después ordena todo, lo junta...”

(Daniel Durand – El Estado y él se amaron)

4 comentarios:

Pablo Natale dijo...

¿Y qué onda esto?
Nada, leí algo que me dio ganas de tirar manteca y semen al techo.
¿No les gusta?
¿Seguro no les gusta?

Me cache.

Anónimo dijo...

Sí, sí, Pablito, nos gusta mucho... ahora limpiá las guarradas que tiraste al techo y no lo vuelvas a hacer, por lo menos en el living.



PD: iba a poner también que no lo hagas cuando estén tus tías tomando el té y jugando a la canasta, pero me pareció un exceso que ni vos

Pablo Natale dijo...

El dia que no me hagas reír te voy a querer cagar a trompadas, che.

"Mondito"

Qué lo parió.

Pablo Natale dijo...

Entonces...