Muñeca Carlos Paz, III



Este es Yojo, posando para una foto en la puerta de la última casa de la Calle Antártida. En ella vive la viuda del jardinero que dejaba ordenadas y silvestres las casas de alquiler, listas para el reposo de los hijos del turismo. El jardinero era un señor pálido y alto, tenía aspecto italo-alemán, y se la pasaba en silencio, trabajando bajo lluvia o sol. Tenía una bicicleta de esas viejas y se las ingeniaba para llevar todo su material de trabajo ahí. Cuando se cruzaba con mi abuelo (que era el que administraba el alquiler de las casas, y a quien le encantaba hablar), el jardinero se bajaba de la bici y escuchaba en calma las instrucciones y las historias de mi abuelo. Los dos fallecieron. El turismo, obviamente, sigue.
La calle Antártida es paralela a la calle Chaco, a las calles Malvinas y Formosa, y todas ellas son cortadas por Mazzini y Garibaldi. Como ven, un sistema de clasificación bastante extraño: une la historia de Italia, con el Norte y el hielo. La calle Antártida es, además, la que bordea parte de las sierras, desde la casa de la viuda del jardinero hasta la Aerosilla y el camino oficial a "la Cruz". Para subir a la Aerosilla hay que pagar 25 pesos. El viaje dura 5 minutos, es incómodo y sólo se ve el verde sierra. A Mc Enroe no le gusta para nadar malgastar la plata. Escuchó comentarios de que se podía encontrar un camino marginal, subiendo por la calle Antártida. También que se podía probar haciendo a pata el camino a la Cruz. Lamentablemente, una vez que se llega a la cima de la sierra donde está la Cruz, no se puede buscar, como antaño, caminos que sigan hacia Córdoba, China, Malagueño o la otra vida. Hay guardias de seguridad enfudados con apostura militar y está todo alambrado. Del otro lado, se extienden los lugares de diversión de los barrios privados. Se puede escuchar a un locutor sorteando cosas: una piscina, una mesa de pool, una cama de tres plazas, una coima con la municipalidad.
Pero mejor volvamos a la foto. La piedra pintada, la calle Antártida. Yojo parece sentirse como en casa, es como si posando allí estuviese, al mismo tiempo, en otro lugar más hospitalario y más cómodo. Mc Enroe, en cambio, se muestra malhumorado. Abajo aparece en una foto junto al "999" de la otra piedra pintada. Mc Enroe considera que "999", es "666" al revés. Y piensa en las sierras: si las dieran vuelta, llovería pasto seco, turistas, y muchas promesas de dinero.

3 comentarios:

Florencia dijo...

Dejá en paz a ese muñecooo

Che Pereyra dijo...

Buenaa! McEnroe es un gorosso jajjaj

Saludos.

Pablo Natale dijo...

Uno o dos capítulos más y Mc Enroe y el otro desaparecen o se van a hacer turismo a lugares ignotos.