Extraños momentos familiares
("Vida en común", según C. Schilling, para Ciudad X de febrero)


Los textos de Pablo Natale incluidos en Vida en común parecen bocetos de poemas que todavía no fueron pasados en limpio. Se diría que son anotaciones provisionales, rápidas y ligeras, como si la mano que escribe no quisiera que se le escaparan las mínimas porciones de ilusión o desilusión del mundo que intenta captar en sus versos. Ese mundo está hecho principalmente con los elementos cotidianos de la casa familiar: las hermanas, la madre, el padre, algunas tías.

La familia que le tocó en suerte a Natale tiene algunos rasgos que justificarían calificarla de “disfuncional” y en cierto modo, si uno hace un ejercicio de asociación libre, podría vincular los poemas con algunos títulos del cine independiente en los que la familia es un tema obsesivo: Tarnation, por ejemplo, o Yo maté a mi madre. De hecho, en el segundo poema del libro, el mismo Natale imagina a su madre como protagonista de una película sueca. Sus últimos versos dicen: “A veces, también, no llora/ simplemente se nos queda mirando/ y sé que en ese momento espera/ mucho más de mí/ de lo que le puedo dar:/ llamarla Johanna / e imaginarla libre/ en una película sueca/ que jamás vamos a ver”.

El efecto de fluida velocidad de los versos de Vida en común es una consecuencia directa e inevitable de perseguir momentos de revelación (o epifanías) incluso allí donde uno diría que sólo hay una moral patética (“Padre en casa”) o un acto de violencia (“Papá debe plata”) o una repetida discusión matrimonial (“La nutria en el pozo negro”). Sin embargo, el calor de esas revelaciones no mueve el termómetro emocional. La temperatura es la misma en todos los poemas, no templado, sino como de una piel en la que acaba de remitir la fiebre.

Si se compara Vida en común con el libro de relatos de Natale Un oso polar se pueden encontrar algunas zonas mixtas: el estilo claro, casi melancólico de tan transparente, la cultura pop no exhibida sino asimilada, y una tendencia a ver lo extraño en lo común y lo común en lo extraño, como se percibe en estos versos de “Los animales del señor”: “Por la ventana apenas abierta/ entra una mariposa de noche./ En ese momento/ en que todos los animales del mundo deberían entrar/ entra eso:/ una mariposa de noche”.

(ese libro y muchos más, en el cada vez más ancho y precioso mundo de Editorial Nudista)