1. El video explotó, en cuestión
de segundos. Al rato ya se lo compartía en redes, al rato se convertía en meme y
tuvo tantas reproducciones como el video del felino huidizo del mes. El cantante
se llama Childish Gambino, el tema “This is América”: es uno de los videoclips
del 2018.
2. Breve sinopsis del video: hay
un negro en cueros, sin tatuajes y con barba semibinladesca que comienza
bailando de manera levemente ridícula (detalle clave: una apertura de ojo
desorbitada y freak). Entonces le raja la cabeza de un disparo a un tipo
amarrado a una silla y, luego de entregar el arma (con sumo cuidado), vuelve a
bailar como si nada junto a un grupo de estudiantes de preparatoria. Después
acribilla a un coro gospel. Sigue bailando con los jovencillos mientras atrás
se desata el caos social. Se prende un porro antes de bailar arriba de un auto
viejo. Finalmente lo persigue una horda de (parecería) blanquitos.
3. “Esto es América” apareció en
el momento y en el lugar adecuado: Donald Glover, también conocido musicalmente
como “Childish Gambino”, fue invitado estelar en Saturday Night Live un día
antes del estreno del video. Ese sábado, además de cantar el tema en vivo, se
burló de Kayne West, el referente del rap que había dicho, haciendo gala de un
existencialismo a la Trump, que “los esclavos negros eligieron someterse a la
esclavitud”. Como si fuera poco, unos días después se estrenaba “Solo” de la
Saga Star Wars, donde Glover-Gambino es el joven Lando Carlissian, y unos días
antes terminaba la segunda temporada de la serie “Atlanta”, de la que Glover es
actor y a la vez creador. Donald Glover: un verdadero renacentista posmoderno negro,
como se dijo en algunas partes, mientras en otras se lo tildaba de galletita
Oreo (blanco por dentro, negro por fuera): al menos hasta que apareció el video
y rompió la Internet.
4. Buena parte del clip “Esto es
América” está hecho con una sola toma de cámara y con una coreografía compleja
que incluye primeros planos de Gambino y transfondo con “caos social regulado”.
El videoclip es a la vez un musical, el retrato semidesnudo del artista negro
de turno, una sátira, una declaración y un catálogo de referencias: la pose de
Gambino en el primer disparo cita a la imaginería de un tal Jim Crow; la falta
de tatuajes y ostentación de riqueza es un guiño apóstata al gremio; la matanza
del coro gospel es una alusión a una masacre reciente; aparentemente el caballo
blanco es un caballo bíblico, y el escenario con garage se parece a una parte
del documental de Jean Luc Godard sobre los Rolling Stones donde representantes
de la organización de las panteras negras discuten su doctrina mientras, de
fondo, vemos gente asesinada.
5. La canción no es un hit (difícilmente tenga una
parte “pegadiza”), la coreografía es más bien un collage de movimientos (desde
MJ hasta el coreógrafo estelar de SIA); Gambino no es el rapero común y
corriente (es más bien hipster); la letra cita la larga tradición de canciones
sobre (Norte)América, etcétera. Una buena explicación de la “genialidad” del
video es que no se esperaba que Gambino se pusiera políticamente explícito, que
bailara, que se saliera del R&B que lo consagró en el disco anterior y que
además, valiéndose del modelo de la superficie y el fondo, retratara dos asuntos
que son contemporáneos a la comunidad yanqui (la portación de armas, la
segregación racial) y dos que nos son particularmente contemporáneos a los
ciudadanos del mundo global: la disonancia y la distracción.
6. La disonancia: el tono alegre
de la canción entra en un loop oscuro y maquínico luego del primer disparo; el
coro intenta retomar la parte alegre pero es borrado del mapa. Esa disonancia
musical es la misma que enfrenta visualmente el espectador, oscilando entre el
baile en primer plano y la violencia armamentista. “Controversial” es lo
primero que se dice del video y, sin embargo, es tan obviamente controversial
que hasta podría resultar nada controversial: ahí están las reacciones
sobreactuadas de varios youtubers (¡No, cómo puede ser! + Gesto especulativo de
estupor). ¿Es disonante el video de Gambino? ¿Respecto a qué? Parecería, más bien,
que sucede como en el final de la canción: los elementos que eran disonantes
terminan ensamblándose forzosamente. Gambino huye y, a la vez, baila.
7. La distracción: según
testimonios, a los colegiales danzarines del video se les dio la indicación de “representar
la alegría y el optimismo”: por eso se la pasan bailando por toda el escenario.
Nada parece distraerlos. Y nada parece distraer a la música ni a Gambino, que sigue
haciendo muecas raras para la cámara. El espectador tampoco (y aquí uno de los
errores de interpretación) puede distraerse de “el fondo”. Porque no hay tal
fondo: la violencia social que está detrás de los colegiales y de Gambino no
está “afuera”, no es posible no verla: la distracción no es posible o solo ella
es posible, parecería decir el video. Mientras tanto, Gambino no se hace el
distraído: se regodea ácidamente con la violencia racial, se regodea de su renacentismo
y muestra que el sueño americano y el sueño de las generaciones netflix es
exactamente esto: una dosis epifánica de un optimismo psicótico. Eso, y la idea
de que una vida según el modelo norteamericano consiste en bailar sobre un
escenario de caos social, no por eso carente de “armonía” y de
espectacularidad.