Confesionario, I

Pero el del pedo no fui yo. Y para que quede claro lo voy a explicar.
Todo se retrotrae a mi infancia, principalmente a la escuela primaria. Quinto, sexto, y séptimo grado. Fue mi etapa de éxito: todas las minitas andaban atrás mío. Yo siempre ganaba a la botellita y la mitad masculina del curso me quería agarrar a trompadas, así que además de ser un pendejo fachero (ojo, “fachero”, dije) tuve que aprender a jugar bien al fútbol. Me costó un poco, pero llegado sexto grado yo ya era el ocho del equipo, con los chicos todo estaba bien y tenía tres novias de esas que se justifica que sólo te den un piquito, por la edad.
Después vino la secundaria.
No, mentira. Antes, antes de después, es decir de la secundaria, pelotudo, sufrí una fractura considerable de tibia y peroné.
No es gracioso.
Estaba jugando a patear penales con el Juan Cruz, él era más chico y para colmo era muy malo, así que yo no sólo le ganaba sino que además lo sobrabra, hacía jueguitos, pateaba de rabona, de taco, con los ojos cerrados.
En una de esas, el Juan Cruz atajó.
Valía el rebote, las reglas en nuestro juego era que el penal seguía si había rebote. Yo fui corriendo con agilidad, llegué primero a la pelota, lo vi venir al Juan, y a la patada del Juan, y capo como era salté.
Un enorme salto.
El boludo levantó la pierna.
Entonces vino la secundaria. En la secundaria todo cambió, yo pasé lentamente de ser el chico de la cuadra, del barrio, y del curso, a ser el pelotudo calladito, timidón y maloliente. Pero todo eso no fue de golpe, fue más bien un proceso gradual, por eso escribí “lentamente”, que te pensás, que hablo al pedo, gil
Porque todo empezó con la quebradura. Tibia y peroné. Grité como un desaforado. Hasta pedí un helicóptero, cosas que todos se tomaron como chiste, incluso el traumatólogo, los camilleros y Juan Cruz. Menos yo. Una semana antes de empezar el nuevo ciclo lectivo en un nuevo nivel, me enyesaron toda la pierna derecha, la que más quería, la que me era más útil.
Al colegio me llevaban en auto. Podía llegar más tarde, eso sí. Podía pedirle a uno de los grandotes de quinto que me subiera las escaleras a upa, como un rey. Eso sí. Podía no usar el uniforme completo, justificar ausentismos por incremento en la pato-logía, eso también.
Pero no podía ir al baño.
Y yo me pasé los primeros años de la secudaria con muchas ganas de ir al baño. Cosa que, enyesado, no podía hacer, porque, para que sepan, el baño quedaba escaleras abajo, y los trasportistas de quinto estaban presentes sólo en el recreo.
O sea que me las tenía que bancar, viniera “uno”, “dos”, o “tres”. No podía hacer semejante trayecto solo, con las muletas no alcanzaba, era demasiado esfuerzo y demasiado cansancio. Viniera “uno”, “dos”, o “tres”, me las tenía que bancar. Pero seguía siendo el fachero (“fachero”, ojo) de la clase, qué se piensan, y había que obrar con estilo, llevar la contención a sus límites más pudorosos.
Hasta que pasó lo de quinto.
Fue una reunión sobre educación sexual que nos dio una psicóloga hecha poronga a toda la sección masculina del colegio Remedios de Escalada. Estábamos los de primero, los de segundo, etc. Y los de quinto.
Quiso la fortuna que a algún salame (de quinto; cantado) se le ocurriera tirar una bombita de olor.
Entonces cagué. En serio: la vieja chota se puso como loca, llamó a las preceptoras, a los preceptores, al director del colegio. Dijeron que si no encontraban al responsable por lo de las bombitas hacían amonestar a los de quinto.
Entonces, insisto, cagué.
Porque ellos me miraron con cara de “te toca”, mientras yo acomodaba mi pierna enyesada.
Ok, me dije, para mis adentros. Todo o nada.
“El del pedo fui yo”, dije, sonrojado.
Risas generales.
Nada.
Años después leí “Humillados y ofendidos”, de Dostoievsky.
No había nada nuevo ahí.

29 comentarios:

Pablo Natale dijo...

Justificación ladrona: me agradaron tanto los confesionarios de godoy que no me pude resistir.

Neurotransmisor dijo...

Delicioso delirio.

Anónimo dijo...

Godoy hace escuela. Bien por Cralo.

Anónimo dijo...

Por cierto, y perdón por la demora... 4 a 1, pablo!! brindé por usted en el segundo gol.

Pablo Natale dijo...

Che, no rompás las bolas, se trata de lo mismo pero a la vez diferente.
Escuela las pelotas.

Anónimo dijo...

Hay una onda "escuela", sin embargo. Pero eso no es malo, ni a palos. Creo que le parentezco viene por la vía "fluidos corporales - situaciones embarazosas". Repito, eso no está mal en absoluto. De hecho, vos fuiste el primero en reconocer la parentela. Pero no te calentés, esta muy bueno el texto. Me divertí. Me caguè de la risa (cuac). Y realmente festejé el segundo gol de central recordando el poema a wanchope. No sé qué significa eso.

Pablo Natale dijo...

Te cuento algo, para emparejar un tanto el partido, o para pensar una revancha: todo esto de literatura y blogs y tanta creatividad cordobesa me pone de muy buen ánimo y me multiplicó soberanamente las ganas de escribir.
Si, esta lo de los fluidos y si, "hay una onda", escuela.
Sí, festeje el gol de wanchope cuando el vi la cara a mi viejo, que es de Central, muy.
Me fui al carajo.
Sólo quería decir que hoy terminé de escribir un poema (aquí impublicable) llamado "Andrés, una ribera", y que habla de fluidos y de literatura cordobesa, todo en clave de fa.
En una parte menciono a la piedra en el zapato.
Al principio, obviamente, al guia - luy.
Eso es todo. Saludos.

L. dijo...

esto era lo del domingo?
wow
¡sigue participando!

Laura dijo...

Pablo qué edad tenés=?

L. dijo...

ah, bueno

emebé dijo...

¡¡Excelente!! Por momentos hasta agresivo, muy bueno. Si es por influencias, yo me acordé del negro Fontanarrosa, especialmente de su texto Puto el que lee esto (por demás excelente).
Buenisimo, che, me cagué de risa, menos en la parte que dice "No es gracioso".

emebé.

Laura dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Antes que te diga algo leé el comentario a tus "historias de perros"... quizás lo de Lucas también.
Ahora sí... Es raro pero creo que internet se ha revindicado... la verdad es que no me gusta internet, pero sí leer estas cosas. Insisto quizás las viví tan lejos y tan cerca a la vez... sin estar, estuve, y estoy, como en el "putamadrre, putamadrre" y el libro de Demián. Este es otro de esos momentos, salvo que muy bueno lo literario...

Pablo Natale dijo...

pavote: esto era lo del domingo, pasado (sigo esperando los crash crash...).

Laura: parezco de 20.

Pavote: seh.

Emebe y guillote: gracias.

PREGUNTA COLECTIVA: Yo no suprimo ningun comentario, nunca pense ni se me ocurrio hacerlo. ¿Alguien me puede explicar que paso o como hago para verlo? Por favor, estoy muy enojado.

Anónimo dijo...

... eso es típico de alguien que suprime comentarios y esconde la mano

Pablo Natale dijo...

No jodas Paulita, yo no suprimi nada y no entiendo qué pasó.
Me da realmente por las bolas.

L. dijo...

adonde te mando mi Obra?

Pablo Natale dijo...

enbuscadelsujetoperdido@hotmail.com

Pasado me siento a leer Punctum de Gambarotta recomedado por Godoy.

Y ahora cada vez más extrañado, pues ayer escribí eso y nunca salió posteado.

Gracias.

Pablo Natale dijo...

Ya está. Yo no suprimí nada, lo supresó quien lo puso.
La culpable señalada con el dedo y a quien le tiro la primera piedra es ni más ni menos que la señorita Laura. Ahora mismito la cago a pedos (cuec).

Anónimo dijo...

Caí acá revoleada desde tortiluchas. ¡Qué buen revoloeo! ta re bueno el blog.

cecilia dijo...

PAREZCO DE 20!!!!!????????

Laura dijo...

Che pelotudo qué me cagás a pedo, yo suprimo lo que quiero. Era una puteada para lamberti y me arrepentí de ponerla en tu blog, me pareció inadecuado, así que sencillo, hice click en el tacho de basura. No entiendo x qué tanto prob. x un comentario suprimido.

Laura dijo...

Y otra cosa, me parece muy mal que le copies a godoy, nunca vas a estar a su altura...

Pablo Natale dijo...

Laura: Gracias por el "pelotudo", siempre viene bien. Una lástima que creas todavia que existe eso de "copiar" o "no copiar".
Me encantan las puteadas a y de lamberti, y el hecho de putear.

PERO NO me gusta que alguien deje su comentario y lo saque porque despues dice "El autor ha suprimido", y no se entiende si es el autor del comentario o el del blog. Parece (a gente que no anda mucho en esto le parece, porque despues me lo comentaron) que yo eligiera y censurara qué o qué no se puede decir.
Ya está.
Ahora saben y sé que gente muy tímida y tan bien preparada como vos pueden hacer esas cosas desagradables.
Para finalizar te diría que me chupes la pija, pero no quiero copiar a la gauchesca ni a la tribuna de Almirante Brown.
Saludos, Sigur Ros.

Laura dijo...

No te enojes pablo, perdoname.....

cecilia dijo...

Tarea para el hogar:
Explicar a las chichis del blog que, aunque su época del auge de su beatitud [usted insista que] haya terminado, usté sigue siendo un dandy.

Anónimo dijo...

Capooooo. Fantástico, muy buen relato. Muy bien hecho. Quisiera saber si el hecho en cuestión es verdad. Pero bueno, si el mago no revela sus secretos, probablemente tampoco lo haga el escritor. Y no se que más decir. Queria decir algo para demostrar mi entusiasmo por el texto y también por los comentarios (me cagué de risa!) pero no se qué. En fin, vaya mi felicitación al director de este espacio. A, por cierto, ¿Cuando va a ser el día que me llegue el mail para publicar en donde publico Lucas (nunca me acuerdo el nombre)?

Pablo Natale dijo...

Eh, me sonrojé.
No, cierto, no me sonrojé un carajo. Soy un dandy.

Prometeo della Sierra dijo...

Usted es el más dandy de los dandys.