La primera novia de Alain Delon


Padre espera solo en una casa abandonada
la oportunidad de crecer,
hermana menor masca chicle globo
sentada contra su propia tumba.
Mamá colecciona fotografías en blanco y negro
de Mick Jagger y Alain Delon
le cuenta al último de sus hijos
el amor que sentía por todos los demás,
menos por las sombras del padre de él,
dormidas una encima de la otra

en un álbum de fotos que nadie vio
y del que ya no salen.
El primer recuerdo que recuerdo
es el de un tractor
rompiendo todos los árboles de un bosque
los eucaliptos y nogales
del patio de atrás, la casa de mi abuelo
donde estaba la pileta, hojas y duraznos sucios,

el fierro contra el que me golpeé
para abrir más tarde los ojos.
Pero nunca hubo tal bosque, nunca hubo
tales eucaliptos, como mucho
el abuelo tenía una seguridad instintiva
energía desbordante que usaba
para colocar sus casas en alquiler, recoger las frutas
que caían del árbol, servirlas en las manos de la abuela,
preparar milanesas, revolver la compota
levantarme del suelo, limpiarme la frente,

hacerme olvidar, hasta que un día murió
y las casas se siguieron alquilando solas
como si hospedaran a un territorio de fantasmas:
los agentes de la niebla.
Los árboles se mueven al compás de cualquier viento.
La abuela tiene paranoia del sonido de su propio corazón,
no hay naranjas, piletas, compotas o duraznos;

papá espera solo en una casa abandonada
la oportunidad de crecer.
Desde ahí, justo desde esa ventana
una tarde vi un par de palomas
asentadas sobre la punta exacta de un pino,
el viento movía la punta y las palomas iban de acá para allá
casi pegadas a la punta flexible del árbol.
Puse el dedo en la ventana. En el centro del corazón
de las palomas.
Y pensé que eso significaba algo.

Que eso indicaba algo,
tal vez que había y no había separación.
Anhelo de destrucción, semilla de felicidad,
un fierro que me golpea la cara,

un tractor inexistente que se lleva por delante
lo mejor, lo que olvidaste de las cosas
lo que se perdió, lo que tanto habías deseado
y un cuerpo sentado en tu sombra, se confunde con vos,
se borra, desaparece.
Por lo pronto madre mira el teléfono celular
su mirada explota en el vacío

hermana tira el chicle globo
deja el mármol de su tumba
y estudia turismo, deja de estudiar turismo
estudia educación física, deja de estudiar educación física
termina la primaria, deja de asistir al jardín
y del viento que limpia los nogales,
los eucaliptos y los árboles del fondo
cae una figura coleccionable
de Alain Delon, duraznos en compota
una nuez abierta. Mi madre cierra el álbum,

lo esconde
tiene todo su amor para darle
realmente tiene todo su amor para darle,
dice, “tengo todo su amor para darle”,
y la boca se le sale de la cara, como si fuera
uno de los pájaros despidiéndose del pino
y el pino los sigue, por eso digo,
crecen lejos, allá van.