El caso del chico que tenía un perro, una pipa y el síndrome del visionismo histórico
Había una
vez una socióloga que se convirtió en consejera culinaria, conocida como
Paulina Cocina; un adicto a las pantallas especialista en resumir contenido de
cine y tv, también conocido como “Te lo Resumo así nomás”, y un ex estudiante
de comunicación y criminología que un día se disfrazó de historiador
noctámbulo, también conocido como el joven Historias Innecesarias. Esto que
puede parecer una demostración del emprendedurismo creativo en contextos
sostenidos de aspereza económica también es la sucursal argentina de youtube.
Damian Kuc,
el creador de “Historias innecesarias”, ha sido el último en sumarse a esa
lista de pequeños notables inesperados. Desde hace un tiempo que Kuc
(generalmente vestido de pijama en honor a su banda preferida y dándole un
carácter trasnochado y no oficial a su personaje) deshilvana el archivo de
historia general en busca de esas micropartículas que son las leyendas urbanas,
el inventario de conspiraciones mundiales y los grandes hitos del crimen y la
corrupción organizados.
Sun canal
de youtube parece tener cuatro comienzos: el primero, cuando a Kuc se le ocurre
narrar la genealogía de las Tita y las Rodesia. El segundo comienzo del canal
también es culinario: cuando Paulina Cocina le aconseja a Kuc que mude su reino
a youtube y agrande la familia nacional. El tercer comienzo tiene un robo épico
de por medio y la coincidencia estratégica de la aparición de un video con la
película “El robo del siglo”. El cuarto comienzo es casicuarenténico: la
pandemia hizo que la cantidad de suscriptores y visionados de las historias
innecesarias se centuplicaran mientras las medidas sanitarias buscaban que la
gente se quedara en sus casas.
El éxito de
su canal y el cada vez mayor número de suscriptores llevó a Kuc a crear más
contenidos y a extender la duración de sus videos. Con mayor tiempo a mano, Kuc
no solo se luce en el lujo de detalles; también tiende a hacerse repetitivo y a
bajar línea hacia el final de sus videos, algo que ocasionalmente puede
resultar efectivo pero que hace que el asombro forense ante las curiosidades de
la historia quede bajo el estrado de la educación cívica y las buenas conductas
(como si en Kuc se enfrentaran el modelo del detective del policial clásico
versus el detective del policial negro).
Kuc, que
abandonó rápidamente la carrera de criminología, tiene un particular interés
por las historias horrorosas y el detalle escabroso. Kuc, que se presenta como
un racionalista con pipa y hogar (una especie de disfraz de Sherlock sonámbulo)
construye como su antagonista predilecto a las diversas sectas y grupos que
divulgan el peligroso estado de conspiración continua. Kuc, contemporáneo de Jorge Pinarello (la voz y la
mano detrás de “Te lo resumo así nomás), organiza con claridad y dinámica sus
contenidos, combinando el uso de fotografías y videos de archivo con un relato de
fondo que incluye comentarios sagaces. Kuc, ex estudiante de comunicación,
surfea en los archivos mediáticos haciendo ostensible las lamentables torpezas
de cierto tipo de periodismo. Con solo veintitantos años, el joven historias
innecesarias podría ser calificado como un Pigna posadolescente en pijama, si
esto no pudiera ser insultante para los especialistas (un problema que “Paulina
Cocina” supo evitar no calificándose a sí misma como “cocinera” sino como
youtuber).
En
realidad, Kuc parece deberle menos a la historia como disciplina que a ese
árbol genealógico de youtubers que mixturan conocimientos disciplinares con
autenticidad y desparpajo, y donde el entretenimiento se mezcla con la
pedagogía, el reciclado y (cuando el número de seguidores crece) con la
“opinión de actualidad”. En uno de sus últimos videos, por ejemplo, Kuc alerta
sobre el consumo irónico, alertando y educando a su audiencia. A la sucursal
argentina de youtube ya le ha ocurrido algo parecido: Pinarello tiene videos
(más logrados) sobre la cultura de la cancelación y sobre la corrección
política. Quizás esta tendencia a los contenidos de explicitación moral es una
de las pequeñas extremidades del asunto, consecuencia de que los suscriptores
se confundan con una forma del electorado.
¿Sobre qué
hará Kuc sus próximo video? Esa no deja de ser la pregunta de cada semana. El
historial de posibilidades, que parece enorme, también tiende a hacerse acotado
y obvio cuando Kuc recurre a los casos de mayor rating nacional previo,
haciendo que las historias innecesarias sean una reversión de la seccional de
crímenes de los grandes medios y el canal de Kuc un segmento apócrifo de
Televisión Registrada. Quizás en algún momento Kuc vuelva a recurrir a las
historias menos conocidas y divulgadas (¡como el caso del hombre que inventó la
máquina de llover!) o recurra al periodismo narrativo contemporáneo (ahí está,
por ejemplo, el caso que investigó Leila Guerriero en “Los suicidas del fin del
mundo”).
O, quizás,
Kuc vaya hacia las fuentes y a la herencia que tiene detrás: “La historia
universal de la infamia”, de Borges; “La sinagoga de los iconoclastas”, de
Wilcock. Algo que no será la primera vez que ocurre: Jaime Altozano, el mejor
representante de la armada española de youtube, hizo a principios de año un
video en donde los contenidos tradicionales de su canal (especializado en la
divulgación de los estudios musicales) se combinaron con las fakenews y los
falsos documentales en un procedimiento ostensiblemente borgeano. En más de
cuarenta minutos Altozano “explicó” por qué Mozart no usaba el Si Bemol: es una
de las reliquias necesarias de la innecesaria historia de youtube.